lunes, 14 de abril de 2008

El arte de chingar sin que te chingen

Por: Alberto Juárez

Cuántos de nosotros al salir una mañana de casa nos hemos llevado la sorpresa de que nuestra fachada ha sido brutalmente ultrajada por un pseudo tager, un chavito baboso con aires de Miró, un tipo que sin más decidió que nuestra pared necesitaba un par de líneas temblorosas,que nos ayudaran a saber que el “Serio”estuvo ahí muy seguramente acompañado por dos individuosde su Crewlos cuales le echaban aguas, mientras él cobijado por la oscuridad de la noche pensaba: entre más paredes pinte hoy, más chingón voy a ser.

Señores grafiterosno se enojen por lo anterior, yo también fui uno de esos chavitos babosos que alguna vez pensó que un tag era la neta hasta que conocí las piezas 3D y la verdadera razón de una expresión colectiva, sin chingar a los demás la oportunidad de demostrar el verdadero talento en bardas cedidas por el gobierno o particulares que gustan de esta forma de expresión, así que no me dejará mentir ya que los chacales solo joden las calles y denigran el movimiento .

El poeta y pintor urbano nace regularmente pero no necesariamente del seno de una familia conflictiva en donde él es un mueble más de su casa, un individuo que busca como todos los humanos el sentido de pertenencia, basándose éste en un nick, latas, plumones, piedras y lo más importante un crew.

Esta forma de pintar por pintar y marcar los lugares como perro nace en New York con un tipo griego de nombre Demetrius,él era mensajero y se encargó de marcar cada lugar en el que estaba con plumones, su nick era Taki 183, el número hace referencia a su calle.

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