miércoles, 30 de mayo de 2007

Barra de Sushi en el mágico mundo de la Publicidad


BARRA DE SUSHI

No sabemos en qué momento se está preparado para ciertas situaciones; un buen día comienzas a caminar, luego piensas que ir un poco más rápido no estaría mal y entonces corres. ¿Estudiar y trabajar? una pregunta que muchos se hacen y algunos viven día a día, Adaní Vázquez y Carlos Octavo, los dos orgullosos alumnos del IMP y brillantes creativos en agencia, nos comparten su respuesta.

Antes senior que graduado

“Mi maestra me dio un beso a la salida porque hice los palitos parejitos y me puso un garabato colorado que parece que le gusta a mi papito¨

Este párrafo que inmortalizó Chabelo, describe perfectamente como me sentía cada vez que salía de la escuela hace dos semestres, digo esto porque de pronto toda esa emoción cambió de sitio y se mudó a una agencia.

Es como aprender a leer antes de entrar a la escuela, o saber multiplicar cuando todos los demás sólo saben sumar. ¿Virtud o defecto?, depende del día.

Empezar a trabajar en una agencia antes de acabar la escuela es por mucho lo mismo, es un doble trabajo que te implica un esfuerzo diferente al de los demás. Aceptamos que es algo irónico el hecho de que podamos vender una campaña institucional a un grupo de clientes de una empresa trasnacional y sin embargo reprobar la materia de taller creativo; la vida no se cansa de darnos su agudo sentido del humor.

¿Es posible conjugar estás dos vidas? Estos dos “mundos”, escuela y agencia, aunque sea increíble de creer, son bastante diferentes entre sí, expresan una visión contrapuesta sobre el tema. AGENCIA: ¿Vas a la escuela?, “medio día”, está bien, pero tienes que trabajar el doble, eres el chavito de la agencia. ESCUELA: Tú ya estás en agencia, ¡wow!, orgullo para la institución, tienes todas las respuestas, eres un ejemplo; cada quien maneja estos argumentos como su razón se lo indique. A veces es muy difícil encontrar un balance porque ya estás en dónde se supone estarías al termino de 4 años y lo que aprendes en clases a veces dista mucho de como funciona en una agencia. Si a esto le agregas todo lo que cuesta ser trainee y que en una agencia no hay horarios, que hay 80 mil personas que harían tu trabajo cobrando 3 pesos, entonces invariablemente empiezas a dudar si seguir haciendo dos cosas o dedicarte a una.

Pocas cosas son certeras y el medio publicitario no es una de ellas, tiene sus grises y cada quien pinta sus tonalidad como se va moviendo en la industria, aquellos que nos aventamos el tiro, en alguna que otra ocasión ganamos y entonces nos apoderamos de un lugar en la agencia, tenemos un buen puesto y un sueldo... bueno un sueldo, mientras nos campechaneamos con la escuela. La pregunta es ¿para qué sirve la escuela si ya estamos en agencia?, damos dos conclusiones:

1) La respuesta la tiene cada quien, y puede ser desde la más sencilla hasta la más compleja, “por darle gusto a mis papás”, “quiero una beca para irme a estudiar al extranjero”, “quiero dar clases”, el que sea, pero creo que debe haber un motivo, sino la escuela es fácil de dejar. Yo todavía no decido cual es mi motivo pero por si las dudas sigo tomando mis clasecitas.

2) Las ventajas que tiene estar en la universidad y trabajar son enormes porque siempre hay algo que aprender, la banda con la que estudias trae un montón de ideas nuevas y tienes 10 o 12 personas que ven las cosas diferentes, pero lo que creo que tiene un mayor valor, es el sentido de pertenencia e identidad que la universidad te da. Esto en mi caso es oxígeno puro, porque lo mucho o poco que he logrado como copy, siempre ha estado cobijado por lo que vivo en los salones, en los pasillos y hasta en los baños del IMP

POR: Carlos y Adaní

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